sábado, 12 de junio de 2010

mariposas en la panza


Porque hay personas que en cuanto te despides, te hacen sentir tantas cosas?... alegria, tristeza, vacio... mas bien diria yo que ese vacio esta lleno de mariposas que juegan con los sentimientos y te acarician por dentro haciendote cosquillas que te hacen sentir feliz... esa felicidad que no te borra la sonrisa de la cara, que te hace ser amable con los demas y sentir una gran euforia... yo diria que esa misma euforia es provocada por las mariposas... a veces me pregunto si soy la unica de los dos... que siente mil mariposas revoloteando por todas partes, de esas que te hacen soñar y soltar suspiros, a veces creo que en los suspiros, los sueños desean salir y ser libres volando por todas partes, contagiando al mundo entero... mientras mas pasa el tiempo, las mariposas comienzan a subir de mi estomago a mi pecho haciendo que cada vez lata mas fuerte el corazon, en algun momento querran salir por mi boca en cada palabra, ... hoy mas que nunca me convenci que tengo miedo a que el destino me juegue mal y una vez mas cambie el curso de esta historia que comenze a escribir en el libro de mi vida, justo en donde las paginas estan llenas de color, y no quieren dar vuelta, para que no deje de escribir esta histora jamas...

1 comentario:

  1. Habrán ocasiones en que quisiera expresar tantas cosas, sin saber siquiera el cómo ordenar mis ideas; sin darme cuenta que ya estaban plasmadas en la obra de un autor, desde incluso antes que yo naciera. Ésta será una de esas veces.

    El árbol de los amigos por Jorge Luis Borges

    Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
    Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
    A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

    Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
    El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
    que nos muestra lo que es la vida.
    Después vienen los amigos hermanos,
    con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
    Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

    Mas el destino nos presenta a otros amigos,
    los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
    A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
    Son sinceros, son verdaderos.
    Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

    Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
    y entonces es llamado un amigo enamorado.
    Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
    Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
    tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
    Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
    durante el tiempo que estamos cerca.

    Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
    aquellos que están en la punta de las ramas
    y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
    El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
    algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
    Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
    alimentando nuestra raíz con alegría.
    Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

    Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
    Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
    Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

    Habrá los que se llevarán mucho,
    pero no habrán de los que no nos dejarán nada.

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